Cambia
el andar pesado,
la duda constante,
el dial del pasado,
la ropa de estante.
Silencia
el ruido de tu alma,
la tos, la ironía,
el grito en la cama,
la atroz cobardía.
Evita
el mal de la luna,
el sexo de día,
la ansiada fortuna,
la fiel compañía.
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