Y me paseó.
Me llenó de santos,
de kioscos y valles,
de paisajes altos,
de extrañas calles.
Y me enseñó.
Me habló de historias,
de un guerrero rey,
de antiguas glorias,
de un poeta en ley.
Y me inspiró.
Me colmó de prosas,
de un libro neto,
de pequeñas cosas,
de algún soneto.
Y me abrazó.
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