CIELO FRAGMENTADO (de puro capricho)

De puro capricho nomás me nacieron estas líneas, será porque no creo en las casualidades y mucho menos en la fortuna. Por acá lo poco que tenemos lo conseguimos con esfuerzo, con empuje y rebeldía. Sí, rebeldía: el motor del débil en la adversidad, un gen con el que nacemos los orientales de este lado del mundo, ese que nos hace tan ilustrados como valientes.

De puro capricho nomás elegimos el celeste o acaso ¿Alguien creyó que fue casualidad? No ¡Fue capricho! Celeste del latín "caelum" significa cielo fragmentado y de ese cielo celeste hoy bajan mis diecinueve o los que al menos creo están mejor para este compromiso, porque si me pongo a enumerar bien, tendría más de un plantel para armar.

Al arco y con el uno va el Darno, en el fondo Estramín por la derecha, Viglietti y Lazaroff los centrales, mientras que Cachela -siempre de batuta y galera- cierra el lateral. De cinco (tapón como más nos gusta) va Alfredo -Zitarrosa claro está-, de ocho Mateo y de diez con la cinta de capitán: -justo hoy 24 de junio- Carlitos "el zorzal" (que cada día juega mejor). Arriba pegado a la raya por izquierda uno que nunca le gustó concentrar: “el canario” Luna, del otro lado desborda “el corto” Buscaglia y le tira centros al nueve goleador: Julio Sosa “el varón del arco”.

En el banco esperan: Santiago Chalar, Osvaldo Fattoruso, “el bocha” Benavides, Horacio Ferrer, Gastón Ciarlo “dino”, Benedetti, Galeano y un tal José de Juan Lacaze.
A este equipo lo dirige el maestro Aníbal Sampayo.
El ayudante de campo es Onetti, “Juanca” para los muchachos.
Ah, la música, en el vestuario la pone el carolino Cayetano Silva.
Por lesión no entró uno que pintaba lindo (pero le gustaban más los tambores) de apellido Vilaró.

Háblenme de casualidades.
Otra vez juega Uruguay y sin dudas es de puro capricho nomás.