martes, 13 de enero de 2009

SIEMPRE SON LAS 5

Relojeando la hora,
Solo o con su hijo,
La esperaba en la puerta
Siempre a las cinco.

¿Cómo te fue?
¡Luky no vino!
Risas y abrazos
Siempre a las cinco.

Sueños, proyectos,
Pensamos y vimos
A Mía y Mateo
Siempre a las cinco.

Se paró el tiempo,
La busco, ¿la han visto?
Desde entonces para mí
Siempre son las cinco.

Ni -adiós-, ni -perdón-,
El -porqué- perdió el juicio.
Cuando olvido la ira, el dolor,
Siempre son las cinco.

Ya pasó un año más,
En mis noches sigue vivo
El recuerdo de sus ojos
¡Siempre son las cinco!

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